Sí, totalmente. Está hecha de silicona de alta calidad, suave y flexible, ideal para pieles sensibles o con signos de madurez. No irrita ni reseca, y es perfecta si querés una limpieza profunda pero delicada.

No. A diferencia de exfoliantes con gránulos o químicos, esta esponja no altera la barrera natural de tu piel. La limpia sin dejar esa sensación de tirantez, y vas a notar la piel más suave y luminosa.

Una piel más lisa, pareja y luminosa. Ayuda a limpiar los poros, mejorar la textura y dejar el rostro más fresco. Muchas mujeres notan que su piel se siente más joven y descansada al tiempo de usarla.

La podés usar todos los días si tu piel lo tolera bien. Si preferís empezar de a poco, con 2 o 3 veces por semana ya vas a ver cambios. Lo importante es que se adapte a tu rutina y tipo de piel.

Mojás la esponja, aplicás tu jabón o crema facial habitual y masajeás suavemente en círculos por el rostro. Después, la enjuagás y la dejás secar al aire. No requiere nada más.

No retiene agua ni humedad, por eso es mucho más higiénica que una esponja tradicional. Si la enjuagás bien y la dejás secar, se mantiene limpia por mucho tiempo. Es ideal para pieles con tendencia a imperfecciones.

Al estar hecha de silicona resistente, no se deshace ni pierde forma como otras. Bien cuidada, te puede durar hasta un año de uso diario.

Nada complicado. Solo enjuagala bien después de cada uso y dejala secar en un lugar ventilado, preferentemente en posición vertical. Cada tanto podés lavarla con detergente neutro y agua tibia para una limpieza más profunda.

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